martes, 9 de junio de 2015

INTRODUCCION

Una de las cosas que más me gustan de viajar es conocer a personas de otros países.
 Durante la interacción con ellas, me encanta observar las diferencias que existen en cuanto a la forma de interpretar las situaciones, lo que vemos, lo que nos sucede, siempre influenciados por la cultura que hemos mamado desde que nacimos.
Así me atrevería a decir que los irlandeses, por ejemplo, son atrevidos y despreocupados; en general viven de manera bastante desarraigada, y todo ello les facilita el proceso de toma de decisiones y una admirable ausencia de miedo al fracaso.
Los alemanes, por otra parte, necesitan algo más de orden en sus vidas, aunque anhelan ese sentimiento de libertad que tienen otros ya que, en cierta forma, se consideran un poco esclavos de su necesidad de control y organización.
Los mediterráneos somos risueños, ruidosos y acostumbramos a animar el cotarro. Los escandinavos son curiosos y aventureros, aunque a la vez guardianes de sí mismos; no pierden el control fácilmente aunque tampoco desentonan en ningún momento.
Los australianos son dinámicos, atrevidos y algo narcisistas. Los tailandeses son cachondos pero seguros, confiados pero a la vez avispados.
Viajando todo adquiere una perspectiva distinta
En fin, espero que nadie se ofenda, todo ello son percepciones personales que pueden diferir bastante de las de los demás. En cualquier caso, lo que estoy intentando explicar es la asombrosa forma de asemejarnos según el lugar del que procedemos, del lugar en el que hemos crecido, en el que nos hemos formado; a su vez, cada cultura tiene sus singularidades y son muchos los detalles que nos diferencian.
Lo que siempre me ha fascinado durante mis viajes es que, pese a todo lo dicho anteriormente, todas las personas que he conocido o que simplemente he observado en cualquier país visitado, guardan una característica común, algo que nos une a todos y cada uno de los habitantes de este planeta: intentamos ser felices. Cada uno de la manera que sabe, que puede, o simplemente de la que le han enseñado.
En India son felices con su arroz y sus cánticos; en Tailandia con su sanuk y su tai boxing; los japoneses son felices con su disciplina y su amor por las cosas bien hechas; los bolivianos son felices con su humildad y su decencia; los argentinos son felices con su melancolía y su gloria que no entiende del tiempo; y así podría pasarme un buen rato tratando de explicar brevemente las distintas formas de ser felices que he descubierto a traves de mis viajes y de mi observación; siempre, repito, desde mi percepción y mi opinión personal, marcada ésta, cómo no, por el país en el que he crecido y por la cultura con la que inevitablemente me he impregnado
Cuando viajas nunca sabes con qué te puedes encontrar a la vuelta de la esquina
Todo esto me lleva a destacar algunos detalles que me parecen importantes durante el proceso de formación como personas, 5 aspectos que propongo potenciar especialmente en el sistema educativo mundial:
1. Viajar
Viajar como asignatura obligatoria en un nuevo sistema educativo.
Porque viajar te permite ver que hay muchas formas de interpretar la vida y que hay muchas maneras de conseguir esa felicidad que todos anhelamos. Hay cosas que no se aprenden sin moverte de tu casa, de tu pueblo, de tu ciudad o de tu país. Y la diversidad con la que te impregnas durante tus viajes no tiene precio.
Busquemos fórmulas para que la gente joven sea capaz de viajar y conocer otras formas de pensar y de interpretar la vida, porque estoy convencido de que ello permitirá que se consiga una mayor satisfacción personal que, a su vez, repercutirá en el global y ayudará a que entre todos construyamos una sociedad más abierta y más tolerante.
2. Idiomas
Invirtamos en aprender otras lenguas. En un mundo globalizado la comunicación a gran escala es fundamental. Los días en los que la mayor aventura de nuestras vidas era pasar las vacaciones en un lugar exótico y lejano durante algunas semanas han pasado a la historia. Ahora hay medios que nos permiten comunicarnos con gente de todos los rincones del mundo en cualquier momento, en cualquier lugar. Dotémonos de herramientas para sacar el máximo enriquecimiento personal y general de ello. Hagamos un esfuerzo y vayamos más allá de nosotros mismos para acercarnos un poco hacia los demás
3. Intercambios
Mezclémonos bien temprano. No esperemos a que la necesidad nos obligue a adaptarnos. Crezcamos con facilidad para absorver conceptos distintos a los que aprendemos en nuestra comunidad natal. Hagamos que nuestros adolescentes conozcan a jóvenes como ellos que tienen las mismas dudas pero a su vez la misma energía y las mismas ganas de luchar por sus sueños.
4. Emprender
Enseñemos a emprender. Deshagámonos de este sistema educativo diseñado para formar operarios. Seamos valientes y decididos, a la vez que realistas, y aceptemos que vivimos una nueva era mucho mas allá de la desembocada por una revolución industrial que nos regaló las fábricas y la producción en cadena pero que debería formar ya sólo parte de los libros de historia. Estamos siendo testigos de una nueva revolución, la tecnológica, y más que operarios se requiere creatividad, iniciativa y atrevimiento.
De nada sirve ya darle la espalda a la realidad porque, como bien decía un buen amigo mío, eso viene a ser lo mismo que remar rio arriba: nunca avanzas y encima te cansas el doble.
5. Decidir
Enseñemos a tomar decisiones. Proporcionemos todas las herramientas posibles; hagamos todo lo que esté en nuestras manos para que haya la máxima igualdad posible de oportunidades; pero no les masquemos el pan a nuestras futuras generaciones. A tomar decisiones, como todo en la vida, también hay que aprender.
Porque o hay mayor libertad que la de ser dueño y a la vez esclavo de tus decisiones. También es cierto que no hay mejor aprendizaje que el proporcionado por tus propios errores; pero no es lo mismo equivocarte tras haber tomado una decisión propia y personal, que hacerlo sin enterarte de nada para después pasarte la vida preguntándote el cómo y el por qué de la situación a la que llegaste.


No hay comentarios:

Publicar un comentario